Con qué propósito vivimos?
En un mundo tan vacío de absolutos,
tan poco permanente,
tan espontáneo, caótico y confuso,
Qué es una vida para decidir qué hacer con sí misma?
La felicidad,
tan hedónica y mundana,
queda pequeña ante la sed por lo trascendental…
pero como presiona la vida por deslizarse en ella.
Somos visionarios
a la hora de encontrar formas de cegarnos nosotros mismos.
Fantasías de grandeza llenan insípidas realidades,
buscando como reconfortarnos
por la culpa
de lo que dejamos de hacer,
dándole un fin último a la necesidad de hacerlo.
A palabras sin sentido, un final sin respuesta.
Solo un día a día tratando de recordar
romper expectativas,
ignorar susceptibilidades,
ser imperfecto
y cultivar un poquito de caos.