La exposición constante a ideas y experiencias nuevas, combinado con una mente abierta dispuesta a soltar sus propias convicciones y explorar otras perspectivas, cumple la función de echarle gasolina al fuego de la creatividad.
La innovación es la base fundamental del crecimiento y la creatividad el motor que mueve la innovación. El subconsciente explora constantemente con vida propia todas las diferentes ideas que el consciente le ha presentado, buscando nuevas formas en que las ideas pueden combinarse, en un baila revoltoso cuya melodía oscila entre lo absurdo y lo brillante.
El reto es parir en nuestro consciente aquellos tesoros que el subconsciente destierra pero desea recluir en lo profundo de nuestras mentes. Una sufrida lucha del “ya casi lo tengo”; una lucha que hay que librar día tras día.
Para lograrlo necesitamos abrazar una apertura radical. Una apertura a nuevas ideas, experiencias, perspectivas y creencias, pero también la apertura de explorar nuestros temores, explorar tabús, explorar lo ridículo e insólito, lo impopular y políticamente incorrecto, y todo aquello que siempre hemos querido esconder.
Así creceremos. Así trascenderemos.