¿Por qué no progresa El Salvador?
En El Salvador nada cambiará hasta que los ciudadanos dejemos de servir de títeres a las élites políticas que luchan por mantener su poder. Somos los ciudadanos quienes hemos aceptado ser parte de este juego.
En El Salvador nada cambiará hasta que los ciudadanos dejemos de servir de títeres a las élites políticas que luchan por mantener su poder. Somos los ciudadanos quienes hemos aceptado ser parte de este juego.
¿Cómo cambiarlo todo? No lo sé… No lo sé, pero me doy cuenta hoy que el primer paso es no permitirnos caer en la cómoda levedad de la resignación. El primer paso es uno de rebelión interna, de sublevación espiritual. Si estamos aquí, es porque en algún momento decidimos retar al mundo que nos rodeaba.
Es tiempo ya de volver a alimentar esa rebeldía.
La historia nos ofrece amplia evidencia que cuando, en nombre de los derechos del pueblo, un gobierno se emprende en el desmantelamiento de la infraestructura institucional sobre la cual se edifican los derechos políticos de la ciudadanía, dicha nación se aventura inevitablemente en el rumbo a la tiranía.
Nuestra gente merece vivir con dignidad y justicia. Debemos retomar el camino al progreso y la paz social. La calidad de vida de nuestro pueblo no incrementará con falsas propagandas y palabras vacías. Requiere de la capacidad y voluntad de dirigir a nuestro país exitosamente. Necesitamos un viraje en la dirección en la que se está conduciendo nuestra patria. Está en nuestras manos lograrlo.
Ya anteriormente he hablado de lo dañino que es nuestra cultura caudillista. Esa actitud de esperar a ver qué hará el jefe, el patrón, el líder, o cómo le queramos […]
Es común que nos refiramos al Estado, al Gobierno, a la sociedad, etc., cómo entidades con voluntades y comportamientos propios, pero nunca debemos olvidar que su existencia es solamente conceptual, […]
La historia nos ha mostrado que cuando los autoproclamados «defensores del pueblo» llegan al poder, se embriagan de el, olvidándose de los ciudadanos que juraron proteger, y multiplicando los mismo […]
Es necesario reconocer la importancia de recuperar nuestra esperanza hoy que ha sido prostituida y desechada. Sin ella, no lograremos recuperar una perspectiva positiva sobre el futuro de nuestro país […]