El verdadero revolucionario no es aquel que se llena la boca de críticas, acusaciones y resentimientos. El verdadero revolucionario es el iconoclasta que hace lo que otros no estuvieron dispuestos a hacer y construye lo que muchos ni se imaginaron.
Es el llamado de la patria,
Que nos ruega volver a luchar.
Luchar por la democracia, luchar por la libertad.
Luchar por ese mismo sueño,
Que nos infló el pecho con orgullo,
que alimentó a nuestras familias de amor,
que nutrió nuestra tierra de esperanza,
e hizo brillar nuestro propio sol.
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Rodrigo Molina Rochac 